martes, 30 de marzo de 2010

De nuevo en Melbourne

Llegamos a Melbourne echos polvo pero al menos estábamos allí y no en el aeropuerto de Hobart. Nada más llegar dejamos las cosas y fuimos al mercado del domingo donde por fin adquirí una chaqueta de Australia.

Había un puesto de “churros” en el que ponía “spanish donuts” y con música latina de fondo, hmmm totalmente español. Lo más grande el precio, ¡1$ cada churro!

Después del mercado nos fuimos ilusionados por la idea de seguir con la ruta de alimentación española de la semana pasada donde habían paellas de marisco peeeeero nos llevamos una desilusión porque sí que seguía la feria pero ese día estaba dedicada a la comida tailandesa y claro, paellas de marisco en Tailandia como que no se llevan mucho (aunque tiempo al tiempo).
Así que ante nuestra frustración fuimos a nuestro querido, cercano, sabroso y barato italiano donde comimos tan ricamente a las 3 de la tarde y sin problemas.

Luego la obligada siesta después de estar despiertos ya casi 12 horas, al McDonald´s a cenar barato y a conectarnos un rato. (CURIOSIDAD: en todos los restaurantes te dan agua fría del grifo gratis pero en el menú del Mc no entra el agua, te la cobran aparte)

2º día
Al día siguiente nos levantamos a desayunar, estuvimos por el cauce del río paseando al rico solecito y tumbados en el césped.

Después comenzamos a andar y nos dimos un buen paseo hasta encontrar un sitio para comer donde pudimos degustar algo típico de aquí (o al menos eso nos dijo la camarera) llamado Sausage Roll que era una especie de rollito de carne.

Más tarde fuimos al parque donde esta semana se disputará la Fórmula 1 con Alonso en Ferrari y estuvimos recorriéndolo. Es enoooooorme, tiene en el centro un lago gigantesco (7 km) en el que hay mucha variedad de fauna, parte de ella la componen cisnes negros bastante más grandes de lo habitual en España (o al menos los que yo he visto en mi vida).

Luego, para ser fieles a Melbourne, no faltamos a nuestra cita con el atardecer en St. Kilda. Esta vez pudimos disfrutarlo menos porque hacía un frío considerable y en cuanto se escondió el sol nos fuimos.

Andando por la zona vimos otro español llamado Barcelona (se ve que te hacen descuento por ponerle ese nombre a todo lo que sea comida española). Entramos esperanzados al ver en el menú patatas bravas con alioli bien escrito, aunque le preguntamos al camarero y nos dijo que el cocinero no era español. Nos pedimos unas bravas, calamares fritos y berenjena con queso. ¡Ah! la música era de nuevo latina. Cuando nos trajeron las bravas nos quedamos boquiabiertos o más. Era un cilindro vertical de patatas cubiertas por algo rojo (parecía pimienta a mansalva) que se deshacían pero más boquiabiertos nos quedamos cuando las probamos: “asjdfoasifnsfyibsdfi” (eso son los tacos pero censurados que dije cuando las probé) ¡¡qué picor madre mía!! Yo que odio el picante en las comidas…aquello picaba más que la varicela, hasta me ardían los labios. (ver foto superior) Aún no habíamos salido de nuestro asombro cuando nos trajeron el segundo plato algo rebozado que dedujimos que eran los calamares aunque tenía cosas negras en los extremos. Cuando nos sirvieron el tercer plato y el camarero nos dijo: “calamares” nos quedamos Vicente y yo mirándonos en plan de: “¿hola? ¿esto no eran los calamares?” pues no, era la berenjena con queso que ya me dirás tú dónde está el queso, igual es transparente e insaboro… además la berenjena estaba tan camuflada con el rebozado que ni sabía a ella misma. Al menos la berenjena no picaba y comimos bien pero cuando le fuimos a hincar el diente a los calamares…¡¡noooo!! Otra vez picaban pero de lo lindo. En resumen, lo único realmente se parecía a algo español era el limón para los calamares, a excepción de eso, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Mi indignación acrecentada por el picor y ardor de mi boca me llevaron a preguntar al camarero muy educadamente, (no temáis los que sabéis de mi carácter) quién era hacia el propietario, a lo que me contestó que él mismo. Le dije muy finamente que en España los calamares no pican, que sólo tienen mayonesa y limón. El pobre se defendió diciendo que él NUNCA ha estado en España pero que le gusta mucho la comida así como la cultura española y que no hace comida típica española sino que le da un toque. ¿Le llama “dar un toque” a estar cenando y que aquello parezca más un mexicano que un bar de tapasespañol? Tras escuchar una canción de reggeton Vicente le sugirió que debería poner canciones de Julio Iglesias ya que es un español mundialmente conocido…¿acaso el Fary no? jaja.

Salimos de allí echando fuego por la boca así que había que apagarlo y ¿qué mejor manera que con un heladito? Así lo hicimos, compartiendo un helado inmenso de nueces y almendras, ya que no comemos frutos secos porque son carísimos al menos los comemos en helado.
Aún flipando con el pseudo-español que acabábamos de visitar nos dimos un paseo hasta coger de nuevo el tranvía y a dormir.

3er día
Esta mañana ha salido nublada así que no hemos podido tomar mucho el solecito. Nos hemos ido al Mc y hemos mirado algo de academias y pisos para Brisbane.

Luego a comer a nuestro italiano de siempre, a recoger las maletas y hacia el aeropuerto con un poquito de prisa ya que han tardado la vida en venir los 2 tranvías pero bien, con tiempo al final.
Hemos llegado al aeropuerto y tras dirigirnos a la compañía aérea que operaba nuestro vuelo nos dice la chica del mostrador que allí no era. Saco los papeles y se los enseño para que vea que el vuelo era con su compañía y me dice que sí pero que NO ES EL AEROPUERTO CORRECTO, que Melbourne tiene otro aeropuerto llamado Melbourne Avalón que queda a una hora de aquí y allí es donde deberíamos haber ido.

Nos remitió a otro mostrador donde una chica nos dijo que hoy ya no quedaban vuelos a Brisbane, que el más próximo (en Avalon) era alas 9.05 del día siguiente y que nos cambiaba los billetes gratis pero que teníamos que coger un autobús hasta la ciudad y desde allí otro al aeropuerto, también nos dijo que aquel era un aeropuerto súper pequeño, que ni siquiera habría 24 horas, que por no haber no habían ni sitios para comer y los autobuses desde la ciudad no tenían horarios fijos sino que iban en relación a los horarios de los vuelos. Otras opciones eran coger un taxi desde aquí pero que era muy caro o mirar los precios en las otras compañías que desde este aeropuerto SÍ que volaban a Brisbane, increíble.

Así que fuimos a preguntar a las 2 compañías que volaban a Brisbane pero el más barato eran 165$ además de perder los 95$ que habíamos pagado ya por el vuelo perdido. Por otra parte el taxi nos dijeron que costaba unos 90$, que entre 2 nos sale a 45$ y ya sólo volver a la ciudad nos sale por 16$ más unos 25-30 que nos cueste el otro bus con la incertidumbre de a qué hora pasará y si volveremos a perder el avión. Así que tras pensarlo fría y detenidamente hemos decidido quedarnos en el aeropuerto ya que éste es bastante grande, tiene tiendas, cafeterías, restaurantes, etc. Estar aquí hasta las 6 de la mañana o así, a esa hora coger un taxi que tarda unos 50 minutos en llegar al aeropuerto de Avalon y no tentar de nuevo a la suerte que parece esto la “maldición del demonio de Tasmania” (todo comenzó en Tasmania) ya que no habíamos ido a verle porque era caro, ahora nos la juega, con lo mono que parecía en las fotos…graciaaaaaaaaaaaaas.

Lo primero que pensé es que no podía ser verdad ¿cómo podemos ser tan desgraciados? Perder 2 vuelos en 2 días, y además este de esta forma. Está claro que cuando coges tantos vuelos, viajas tanto y más en un país con un idioma que no es el tuyo hay contratiempos pero ché, ¿tan seguidos? En fin, que es lo que hay, al menos no teníamos reservado nada mañana para dormir en Brisbane y estoy practicando mucho inglés, no en las circunstancias que me gustaría ni por los motivos que me gustaría pero cuando no hay pan buenas son tortas. (CURIOSIDAD: aquí en las panaderías venden pasteles o pan rollo Bimbo, en las escasas en que hay pan “normal” cuesta un riñón)

Al menos he aprovechado para poner esto al día, aunque no sé cuando lo subiré porque aquí la wifi son 11$ la hora ¿quién da más?

La gente se va yendo y nosotros seguimos aquí, “sólo” nos quedan 6 horas para coger el taxi ¿qué tal saldrá todo? ¿Ganará la moneda de la suerte de Hong Kong a la maldición del demonio de Tasmania? En el próximo capítulo, el desenlace.
"No hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo aguante"

lunes, 22 de marzo de 2010

Tasmania



1er día
Llegamos al aeropuerto de Hobart, salimos a la calle y allí estaba un autobús que nos llevó a la ciudad o mejor dicho pueblo porque es bastante pequeño.

No se gastan un duro en iluminación, las calles están muy oscuras, comenzó a llover, el suelo mojado…todo súper tétrico.

Una china que se subió con nosotros al autobús iba al mismo Backpaker que nosotros así que la seguimos. La puerta estaba cerrada y gracias a la china que le abrió una amiga suya que estaba dentro pudimos entrar sino ya me veo buscando el número, llamando por teléfono…

Finalmente salió un hombre de no sé dónde y nos dio la llave de la habitación y la ropa de cama. Nos dijo q había en el albergue una chica española pero que no la veía. A los 10 minutos apareció y nos comentó que llevaba ya 5 meses por Australia y había estado trabajando recogiendo fruta y de camarera.

Eran las 21:30 y estábamos hambrientos, le preguntamos por algún sitio para cenar y nos dijo que a esas horas estaba todo cerrado y que lo íbamos a tener chungo pero bueno, algo había que comer así que caminamos calle abajo y a los pocos minutos vimos un neón parpadeante donde ponía PIZZA diooooooooooooos nuestra salvación. Entramos y eran pizzas enteras o por porciones así que nos pedimos lo que cada uno quiso y nos las comimos, qué ricas estaban, además sabían mejor porque estábamos hambrientos y no había otra cosa jeje.
Después de cenar de vuelta al albergue ya que daba miedo hasta pasear y todo. Un té y a dormir.
2º día
Al día siguiente fuimos por la mañana a un supermercado a comprar cereales y leche, desayunamos y anduvimos hasta la información turística a ver qué nos ofrecía ese pueblo que, con la luz del día y con gente por la calle parecía ya algo normal.

Las excursiones eran híper caras y era complicado llegar a los sitios si no tenías coche así que ya veríamos qué hacíamos.

El puerto quedaba al lado así que fuimos a dar una vuelta. Éste albergaba unas estatuas de bronce en homenaje a la primera expedición a la Antártida que, según ponía, salió de Hobart.
Nos fuimos hacia casa y nos hicimos una tortilla de patata. Vamos mejorando en la cocina, al menos con la tortilla de patata jaja.

Después de echar un rato la siesta fuimos hacia una zona muy conocida de aquí llamada “Salamanca Place” en honor a la batalla de Salamanca de 1812. Los sábados (mañana) hace allí el mercadillo más grande de Australia (o al menos eso dice en el folleto de la info). Hay 2 panaderías, algunos bares, restaurantes y un par de tiendas de souvenires. Uno de los restaurantes se llamaba Barcelona, lo español está en todas partes. Merendamos en la panadería ¡por fin chocolate! Estuvimos un rato buscando el McDonald´s por si estuviese abierto, no lo veíamos y al final resulta que estaba dentro de una calle que es un centro comercial pero la calle la cierran con una persiana opaca y claro ¡como para verlo! Así que nada, por hoy nada de Internet. Por la noche tocó arroz con tomate. Allí había un chino cocinando que olé olé tenía mucho estilo con las sartenes, (aunque nosotros dando la vuelta a la tortilla no tenemos precio), una chica le preguntó algo y él contestó que llevaba 15 años siendo chef en su ciudad.
No sabíamos a donde ir al día siguiente así que le preguntamos al de recepción. Tras marearle un poco le preguntamos por la playa más cercana y nos dio el horario de los autobuses así que mañana iremos a ver la playa de un pueblo cerca de donde estamos.

3er día
Esta mañana hemos ido al McDonald´s y vaya mierdecita de conexión pero bueno, al menos hemos podido mirar lo del albergue de Brisbane.

Luego hemos ido a la supuesta parada de autobús y tras esperar casi una hora viendo como pasaban varios autobuses y ninguno era el nuestro nos trasladamos a otra parada y a los pocos minutos logramos coger el autobús. Nos dio una vuelta de narices por 19098 urbanizaciones y por fin nos dejó en la playa, en Kinston Beach. A primera vista un poco ruina pero luego estuvimos paseando y muy bonita, no había nadie, estábamos prácticamente solos así que dejamos sobre un tronco que había en mitad de la arena nuestras cosas, nos descalzamos, subimos los vaqueros y ale, a indagar y a hacernos fotos. Estuvieron muy chulas las vistas y el color del agua iba cambiando cada rato, no son las aguas cristalinas de Cerdeña pero también era muy bonito.

Tras coger nuestras cosas vimos una especie de río pequeñito y nos dispusimos a cruzarlo pero a 3 pasos de llegar a la otra orilla… hmmmm, ¡qué profundo! total, que con lo isleños que estábamos nosotros con el pantalón doblado hasta la rodilla ¡ras! chopado pero bueno, cosillas de las miniaventuras al menos hacía mucho sol por lo que confiamos que no tardara demasiado en secarse.

Fuimos a comer a la zona de restaurantes. Nos pedimos una hamburguesa como toca, no esas caquitas del Mc y fish and chips que esta vez era ¡¡tiburón rebozado!! Concretamente Gummy Shark. La chica intentándonos explicar qué clase de pescado era y cuando dijo shark voy y le hago el gesto universal de la aleta en la espalda y ¡me entendió perfectamente!

Después de comer fuimos al bar de al lado y nos cogimos un helado, el mío fue de Ferrero Rocher, ni que decir tiene que aquello estaba de lujo y más sentaditos en el paseo de la playa observando cómo el agua iba cambiando de color según iban avanzando las horas.

Estuvimos un rato más disfrutando de aquel trozo de paraíso y nos vinimos en un autobús súper rápido, en 15 minutos ya estábamos en Hobart.

Fuimos al albergue, descansamos un poco y fuimos a preparar la cena y entablamos conversación con una chica de Taiwan que nos enseñó a decir “hola” en su idioma, suena como /nijao/. La pobre le dijimos nuestros nombres y cómo le costaba decir la L de Alba, qué risas, pronunciaba:”Alava” y yo diciéndole: eso es una provincia de España jaja.
Después de haber practicado durante casi una hora inglés nos fuimos satisfechos a la cama.

4º día
Por la mañana salió nublado así que decidimos ir cuanto antes a tan afamado mercado.
Sí, era grande pero bueno, yo creo que el de Melbourne lo es más, es rollo el de los martes en Plaza España en cuanto a extensión.

Tenía muchas cosas pero lo más relevante es que prácticamente todo lo que había estaba hecho a mano y como consecuencia era realmente caro así que pensando en mi economía no compré nada.

Cuando acabamos nuestro paseo por el mercado fuimos al bar “Barcelona” y nos pedimos unas patatas con “aioli” y nos pusieron un bol enorme de patatas fritas con un poquito de lo que ellos llaman aioli, un poco ruina pero bueno, no puedes pedir unas bravas como tocan en la otra parte del mundo.

Después ya nos íbamos a ir para casa pero me entró mono de chocolate así que paramos en un stand donde hacían creppes con nutella y plátano ¡menuda mezcla! eso había que probarlo, así que nos pedimos uno y estaba rico, curioso pero rico.

Luego ya nos volvimos para el albergue a coger los portátiles y al Mc a conectarnos un rato. De nuevo al albergue a dejar los portátiles y salimos a buscar un sitio para cenar pronto ya que al día siguiente nos levantábamos a las 5 de la mañana. Para un día que queremos cenar con el horario australiano nos ponen pegas y nos dicen que hasta las 6 no se puede así que nada, a lo fácil, fuimos al Subway.

A la vuelta vimos una peli en el ordenador y a las 21.00 durmiendo.

5º día
Nos levantamos a las 5 de la mañana con más moral que el Alcoyano, recogimos las cosas y desayunamos. A las 6 salimos a la parada del autobús junto con 5 chinas que también lo iban a coger. Las 6:10, las 6:20, las 6:30… uy, parece que no viene, 6:45 uyyy que vamos a perder el avión…al final no pasó y cogimos el siguiente que era a las 7:00. Le dijimos a la conductora que teníamos prisa y al decirle que volábamos con Tiger Airways nos dijo: “no os preocupéis, hasta 10 minutos antes os dejan entrar” así que ella se lo tomó con calma y llegamos a las 7.40 (30 minutos antes de la salida del vuelo), nos pusimos las 70 capas de ropa, fuimos al mostrador y nos dijo el chico que el check in cerraba 45 minutos antes de la salida del vuelo por lo que no nos podía dar el billete y que teníamos 2 opciones, o pagar 150$ y esperarnos hasta el vuelo de las 17.30 o preguntar precios con otra compañía . Por si acaso fuimos a la puerta de embarque pero no coló, la chica nos dijo que si queríamos coger el vuelo teníamos que pagar 70$ (aquí cada uno dice una cosa) así que fuimos a ver a otra compañía. Había una que volaba a las 8.50 por 80$ así que lo cogimos porque la idea de estar todo el día metidos en el aeropuerto de Hobart con el domingo tan estupendo que hacía no nos gustaba mucho y además sólo por una diferencia de 10$.

Ha sido jodido cuando nos han dicho que no nos dejaban entrar y ver ahí como iba subiendo gente pero bueno, he logrado mantener la calma y gracias a ello nos hemos entendido en inglés y hemos solventado el problema de la mejor manera posible aunque lo que más rabia me da es que no ha sido culpa nuestra, si fuera por nosotros nos hubiera sobrado una hora pero bueno, las cosas son así, hay veces que no se puede hacer más y aún así las cosas no salen como deseas.

La cita siguiente es un dicho popular con el que hoy precisamente no estoy muy de acuerdo: “A quien madruga dios le ayuda”

jueves, 18 de marzo de 2010

Melbourne días 3, 4 y 5














3er día Melbourne
El lunes 15 de Marzo fuimos a coger el autobús gratuito para ver un edificio mítico de aquí, resulta que estaba cerrado así que sólo lo pudimos ver por fuera y hacernos algunas fotillos.
Luego volvimos a cogerlo para ir al puerto pero no sé si era porque era por la mañana, porque era lunes o porque cascaba el sol pero no había ni un alma y todo cerrado así que decidimos ir a comer a un restaurante español que habíamos visto en una guía pero tras andar bastante y nuestro estómago que hambriento acabamos en un asiático comiendo arroz 3 delicias, ternera en salsa, pollo frito y rollito de primavera, todo típico.


Luego nos vinimos al albergue, descansamos, cogimos el portátil y nos fuimos al McDonald´s a hacer algunas gestiones y a ponernos un poco en contacto con el mundo exterior.
Tras un rato decidimos seguir aprovechando el fantástico día que, de nuevo, había vuelto a salir.
Nos fuimos a la playa de St. Kilda a ver anochecer ¡qué cosa más bonita! No le quito prestigio al atardecer en la Albufera pero aquello con el mar totalmente en calma, el sonido de las gaviotas, un par de cisnes en el agua (de ahí mi foto profesional) un edificio antiguo al fondo…no hay palabras. Incluso vimos un pingüino que aquí se ve que son de tierra porque estaba tan tranquilo sin hielo ni nada jeje.


Como nos habíamos quedado con ganas del restaurante español fuimos a otro y esta vez sí que llegamos aunque no duramos mucho. Cuando nos trajeron la carta nos quedamos boquiabiertos, unas aceitunas 7$, una ensalada valenciana (que de valenciana no tenía nada ya que llevaba lechuga, endivias, aceitunas y NARANJA) por 9$, una sola croqueta 3,5$, el queso 4$ por unidad, en fin, un robo a mano armada, aparte de que no les quedaba tortilla y no había ni rastro de bravas, ensaladilla rusa, morro…cualquier parecido a una tapa típica española era puro coincidencia. Tal fue nuestra indignación que le dijimos al camarero, educadamente y con 1000 perdones que aquello era muy caro para nosotros, no le molestó para nada, al contrario, nos dijo: “It´s happens” así que nada, de nuevo con la búsqueda, ¿pasaremos tiempo buscando sitios para comer? ainss. Con lo buena que está la comida casera, ah por cierto, es que en el hotel hay cocina sí pero según ellos cocina no incluye fuegos ni nada para cocinar excepto un microondas así que a comer fuera todos los días.


Finalmente acabamos en una pizzería al lado del hotel y a dormir que había sido un día duro.


4º día
Esta noche ha sido un poquito dura, me he despertado un par de veces con dolor de tripa, supongo que a mi estómago no le gusta demasiado esto de comer tanto fuera. Por la mañana hemos estado un rato conectados en el McDonal´s viendo cosillas y posibles albergues para nuestra vuelta a Brisbane (señal inequívoca de que el turismo va llegan do a su fin). Pensamos en volver al mercado que fuimos el domingo ya que entre semana es más un mercado rollo Mercado Central pero nos acordamos de que los martes no abrían.


Teníamos una de las catedrales enfrente así que entré y según me pongo a hacer fotos se me acaba la batería ¡graciaaaas!


Al final volvimos al albergue y vimos que algún inquilino que se había marchado había dejado Pan Bimbo ¡ohhh! para unos viajantes como nosotros (sobretodo yo) ver la opción de comida gratis es muy preciada y sobre todo cuando pretendes comer 20 días fuera, dormir en 4 ciudades diferentes, comprar cosillas, moverte en el medio de transporte pertinente por las ciudades y coger 6 vuelos en Australia que es híper cara, todo por unos 40€ al día, ardua tarea pero mis cálculos me ayudan a cuadrar cosas, ya sabéis que eso de las cuentas y más con el dinero no se me da mal jeje. Después de este paréntesis económico he de decir que fuimos a comprar unas latas de atún y ale, sándwich de atún con unas galletitas sabor a queso, lo que no mata engorda.
Luego me eché un ratito ya que mi estómago seguía haciendo acto de presencia de vez en cuando, así que le mimé un poco dejándole descansar.


Partimos hacia el puerto en busca del ambiente que no habíamos encontrado el día anterior pero nada, ese puerto está muerto muerto, lo único que en Melbourne del 14 al 21 hay como un festival de L´OREAL y habían unas promotoras repartiendo helados y la verdad es que un helado (aunque sea 98% libre de grasa, ideal para los figurines que pululaban por ahí vestidas como si aquello fuera la gala de los Oscar) siempre viene estupendamente, ¡estaba tremendo! Y lo más importante bajo ese cielo abrasador, ¡¡ESTABA HELADO!! jaja.


Ayer cuando fuimos a la playa me quedé con las ganas de mojarme los pies y de pisar la arena así que hoy fuimos de nuevo. Me reafirmo en lo dicho el día anterior, ¡qué pasada! El atardecer era precioso pero la sensación de descalzarte, de quitarte por fin las zapatillas, los calcetines y posar los pies sobre la arena fina…es una sensación indescriptible. Sé que para los que vivimos en Valencia es algo que puedes tener cuando quieras pero cuando estás a 9737826 km (aproximadamente) lejos de casa es una pasada. Metí los pies y las piernas casi hasta las rodillas en el agua gélida que te inmovilizaba cada extremidad que metías en ella pero todo daba igual en ese momento, estar con los pies metidos en el océano mientras las poquitas olitas que habían te rozaban, respirando aquella tranquilidad, escuchando las gaviotas y contemplando la puesta de sol…me hubiera quedado en ese instante toda la vida; incluso me emocioné, aquel sitio en ese momento transmitía algo especial.


Muy a mi pesar nos volvimos al albergue, íbamos a cenar una crema de sobre que habíamos comprado pero aquello era horroroso así que de nuevo a comprar algo para cenar por ahí y a la camita.


5º día
Hoy hemos tenido tiempo para seguir haciendo cosas ya que aunque nos vamos hoy a Tasmania, el avión no sale hasta las 19.30. Hemos ido al mercado primeramente pero estaba cerrado, así que habrá que esperar al domingo por lo que hemos ido a ver el estadio del Open de Australia y a otra catedral de las que tiene Melbourne. Entramos y parecía que estaba preparando algún evento, había televisores de plasma cada 5 filas de bancos, plasma en la iglesia codo con codo con la Virgen María... Volvimos andando y cerca de la parada del tranvía comimos. Luego ya al albergue a recoger las maletas y, esta vez con tiempo, al aeropuerto.


Aunque el autobús se desvió llegamos con mucho tiempo así que nos entretuvimos un rato con el ordenador e hicimos de nuevo “operación cebolla” porque este vuelo también era con Tiger Airways y éstos pesan las maletas. Me puse de todo y conseguí que la maleta pesara 6,9 kg ¡oleeeeeeeeeeeee! eso sí, parecía familiar directo de Papá Noel. Al llegar a la sala de espera de la puerta de embarque estaba hambrienta así que me compré un donuts pero aquí son ¡¡sin agujero!! Con lo bonito que queda…a mí personalmente me gustan más los españoles ya que están como más jugosos, aquí están muy compactos.


Y hasta aquí Melbourne de momento ya que después de Tasmania volveremos 3 días porque desde allí cogemos el avión hacia Brisbane otra vez.


“La vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento”

miércoles, 17 de marzo de 2010

Canberra y 1ª parte de Melbourne


Canberra

De Canberra no hay mucho que contar, aunque es la capital sólo es eso, la capital, no tiene nada, es una ciudad prefabricada pero en serio, apenas tiene casas y es bastante fea.

Llegamos y teníamos el albergue a 2 pasos de donde nos dejó el autobús desde el aeropuerto. El albergue no me gustó mucho, te cobraban por todo, 5$ por el wi-fi, 8$ un candado para la taquilla…

Teníamos una habitación compartida con 2 chicas alemanas con las que no hablamos demasiado. Al llegar nos acostamos un rato y luego salimos a dar una vuelta por los alrededores que era una zona peatonal y con un parque chulo, también hicimos la compra y a la vuelta cenamos y a descansar.

Al día siguiente desayunamos y vimos un anuncio que te pagaban 50$ por dar tu opinión en una empresa de estudios de mercado si tenías el visado que nosotros tenemos así que llamé pero no pudo ser porque nos citaban para la semana siguiente cuando ya no estábamos en Canberra, ¡ojo que le entendí mayormente! jeje. Con mi orgullo de haber entendido por teléfono a un australiano fuimos a ver un edificio homenaje a los soldados australianos caídos en las diferentes guerras que participaron. La verdad es que muy bien detallado todo pero mucha pena. Comimos en casa arroz a la cubana y descansamos, otro paseo, intentamos conseguir wi-fi pero no hubo manera, cenamos en el McDonald´s, a dar una vuelta y a dormir de nuevo. Ya que no era muy bonita la ciudad al menos descansábamos.

Al día siguiente ya rumbo a Melbourne que casi no llegamos porque como era domingo los autobuses pasaban cada mucho y, aunque salimos con tiempo, el autobús tardó 1 hora en pasar, por lo que llegamos con el tiempo pegado al culo al aeropuerto. Pero no contentos con eso van los de Tiger Airways (la compañía con la que viajábamos esta vez) y nos hacen pesar la maleta, donde debía pesar 7 la mía pesaba 10 jaja así que de nuevo operación cebolla, pero esta a lo grande: una de tirantes, 2 de manga corta, camiseta de felpa, 2 jerseys puestos y otro atado a la cintura. Al final la chica nos dejó pasar por pena, pasé por lo de detector de metales y de repente me dice uno que he sido seleccionada para hacerme un registro de explosivos, hmmm qué bien, qué suerte tengo ¿seguirá siendo la moneda de Hong Kong? Finalmente cogimos el avión...

Melbourne
Día 1

El vuelo muy bien, se sentó a mi lado un hombre de unos 60 años que era profesor de inglés. Estuvimos hablando de bastantes cosas y aunque he acabé con dolor de cabeza por la concentración conseguí mantener una conversación de unos 45 minutos, uauuu. El mismo hombre nos orientó acerca del bus hacia la ciudad y luego dónde teníamos que coger el tranvía. Hemos tenido que hacer trasbordo y, en nuestra línea en el 2º lo hemos cogido en sentido contrario, bueno, había un 50% de posibilidades…

Cuando llegamos al hotel pintaba muy bien pero al final se quedó sólo en bien, una habitación pequeña pero justa. Después de acomodarnos fuimos a buscar un sitio donde cenar, íbamos buscando un italiano y encontramos uno que pintaba bastante bien y entramos. El camarero resultó ser de padre australiano y de madre argentina así que estuvimos preguntándole algún sitio por el que tomarse algo y por wi-fi ya que en el hotel nos cobraban ¡8$ por hora!
Estuvimos dando una vuelta por la calle de al lado y estaba llena de tiendas (cerradas evidentemente), de pubs y discotecas. La música estaba muy chula pero no entramos a ningún sitio.
Ya nos vinimos al hotel y a descansar.

2º día
Esta mañana nos hemos levantado a las 9.30 y hemos desayunado estupendamente: 4 tipos de cereales, leche, zumo, cacao, tostadas y mermelada. Ha salido un sol radiante así que de nuevo pantalón corto, hemos cogido el tranvía con idea de ir hasta el centro donde había un puesto de Tourist Info pero había una maratón (después supimos que era el día de la salud), y no nos han dejado pasar el río así que hemos aprovechado y hemos estado paseando por él. No sé si era por el sol radiante, por la gente por todas partes o qué, pero todo me parecía precioso y me hacía sentir súper feliz, iba como Heidi por las montañas. Hemos visto un mercadillo de cosas hechas a mano muy chulas pero muy caras. Hemos seguido paseando, visto algún espectáculo callejero y nos hemos encontrado con la noria de Melbourne, después vimos un estadio, nos acercamos y era un campo de Cricket (y nosotros creyendo que era de tenis…). Al dar la vuelta nos encontramos con un autobús ¡que era gratis! Que hacía un recorrido por las cosas típicas de aquí. Tras pasar varias paradas dimos con un mercadillo típico de domingo ya más normal, rollo Plaza Redonda pero con muchas cosas estilo suvenires, fue difícil pero resistí la tentación aunque habían unos pantaloncitos con la bandera de Australia que me miraban suplicantes pero aparté los ojos del pecado jaja.

Continuamos con nuestro paseo en compañía de un intenso Lorenzo que cada vez nos cogía más cariño y vimos un Mc Café donde preguntamos y podremos tener wi-fi gratis (la salvación). Ya por fin llegamos al puesto de información y nos hinchamos a papeles ¡¡hay 1000 cosas que hacer en Melbourne!! Me encanta esta ciudad.

Nos encontramos con el Ayuntamiento y tocó sesión de fotos pero ya nuestros estómagos empezaron a hacerse notar y tras buscar y buscar acabamos en un Subway (un sitio de bocadillos con los ingredientes a la carta). Al acabar la comida nos dimos cuenta de que parecía que habían puestecitos colocados enfrente así que hacia allá nos dirigimos, por supuesto. Y cuál fue nuestra sorpresa que era un festival multicultural lleno de puestos de comida de diferentes países, en España tenían Sangría (5€) y Paella (7€), no me iba a gastar ese dinero pero quería probarla así que un poco de morro y le dije ¿podemos probarla? No estaba mala pero como la de Valencia… Más tarde subimos unas escaleras donde nos encontramos con un escenario y estaban unos hindúes bailando rollo Bollywood. Una de las bailarinas se puso a enseñar los pasos, rollo clase de aerobic y te nos ves ahí a las mujeres luego bailando.

Después continuamos caminando por al lado del río hasta llegar a un nuevo puente, estuvimos buscando un edificio que, al parecer, era digno de ver pero va a ser que no, al menos a nuestro parecer. Cogimos un tranvía y nos paramos en unos jardines inmensos donde había un monumento de estilo romano con sus columnitas y eso, después de sus consiguientes fotos nos tumbamos en el césped a descansar y a hacer el moña con la cámara de fotos.
Podíamos coger otro tranvía pero hacía un día taaaaan bueno que decidimos volver dando un paseo.

Como he dicho antes no sé si es por el día que ha hecho hoy, porque es domingo y hay más gente en la calle, porque he desayunado muy bien o porque he dormido 9 horas pero hoy me ha parecido todo muy bonito, precioso, una ciudad sin igual. Ya os iré contando si en los días posteriores sigo pensando lo mismo.

"Lo mejor siempre está por llegar"

domingo, 14 de marzo de 2010

Últimos días en Sydney

4º día

El martes 9 nos cogimos la guía de Sydney y echamos un vistazo a las cosas que nos quedaban por ver.

Desde el Harbour Bridge hay unas vistas muy buenas de la ciudad e incluso te sacan con una plataforma y parece que estés suspendido en el vacío. Fuimos todos animosos hacia allá pero con el run run de la camiseta de Benetton apareció una camiseta súper chula de Sydney, y Vicente se compró otra. Continuamos yendo hacia el puente y cuando entramos súper emocionados nos dijeron el precio….200 dólares, unos 135€, ¿qué qué? Así que nos dimos media vuelta peeeero nos acordamos de que nos había dicho Jose que había una parte del puente desde la que era gratis, preguntamos a una mujer a la que entendimos perfectamente y allí que nos fuimos. ¡Fue súper guay! Un cielo despejadísimo, una temperatura muy buena y unas vistas espectaculares y lo mejor de todo ¡¡gratis!!

Después fuimos al puerto y cogimos un barquito para ir a una isla, lo que nos permitió ver la Ópera desde diferentes perspectivas que junto con el sol reflejándose en ella daba una imagen preciosa.

La isla era como un polígono lleno de naves industriales para la construcción de maquinaria relacionada con los barcos y había carteles explicando para qué se usaba cada nave…bueno, al menos habíamos cogido un barquito jeje.

Luego a casa a hacer la comida y después nuestro cuerpo nos pedía descanso y por fin le hicimos caso, nos echamos una señora siesta, hicimos un poco el perro, preparamos la cena y nos fuimos a tomar algo con Jose. De nuevo hice el intento de decir zumo de melocotón en inglés y que me entendiesen, creo q esa es la prueba de fuego, cuando me entiendan ¡será que ya sé hablar inglés! pero esta fue la más grande, tuve ayuda de Jose pero ni con esas, se ve que era bastante cortita, incluso nos dijo si le estábamos llamando puta XD (/bitch/=puta; /pich/=melocotón) bastante antipática, y eso que aquí la gente es muy amable pero como en todos los sitios, siempre tiene que haber alguien para romper la regla. Por fin me entendió, todo para decirme que no tenían de melocotón, que si quería de naranja…

Al salir un borracho nos empezó a hablar en algo que él consideraba español y nos dijo que él había estado en la ruta del bacalao, y añadió: “sólo conducir y comer (pastillas)”. Después del tío de la vara y la ruta del bacalao no sé qué más nos pueden decir…

A las horas que nos íbamos a volver ya no había metro así que fuimos a la parada del autobús y allí de nuevo otro borracho con las uñas pintadas de azul se nos acercó y empezó a hablarnos, este al menos en inglés, nos dijo que había ligado con una mexicana y le había pintado las uñas y apuntado el teléfono en el brazo. Por fin llegó el bus, le preguntamos si iba a nuestra zona, nos dijo que estábamos al lado y nos dejó subir. Gracias a eso vimos en el parque que estaba al lado de la parada un ¡¡possum!! es como una zarigüeya, mezcla de rata y ardilla muy típico de esta zona. Tras andar casi media hora llegamos a casa y a descansar de nuevo.


5º día

Ya que no pudimos deleitarnos con las vistas pagadas del puente fuimos a una torre y subimos para verlas lo que sucedió es que el día estaba un poco nublado y no fue gran cosa. Lo bueno es que por fin me compré un bolso que llevaba tiempo buscando.

Después fuimos a ver la catedral de Sydney que es bastante chula junto con la fuente de bronce que tiene delante. Andando a casa a comer (de nuevo pateo), preparamos la ropa para la lavandería y la llevamos, 4$ la lavadora, y 4$ la secadora ¡¡por fin ropa limpia!!

Echamos un rato la siesta y nos fuimos a dar una vuelta por el otro puerto. Según íbamos llegando me vino un olor de comida y pensé: “tengo unas ganas de un crepe que no son ni normales” y como por arte de magia apareció en un centrito comercial lleno de locales para comer, ¡un sitio con crepes y zumos naturales! La merienda perfecta y aunque un poco cara mereció increíblemente la pena ¡¡qué buenoooooo!!

Más tarde seguimos dando la vuelta por el puerto y fuimos para el albergue donde nos cambiamos y nos dirigimos al encuentro de Jose y una amiga de Vicente para cenar…¡¡pizza de canguro!! Cuando llegamos eran las 10 y ya habían cerrado la cocina pero al final con nosotros hicieron una excepción. Pedimos 2 grandes para los 4, una de Emu y otra de canguro, he de decir que la 1ª me gusta más aunque me daba un poco de pena ver al pobre cangurito saltando por ahí y yo hincándole bocado.

Posteriormente estuvimos paseando hasta un sitio de música en directo pero ya estaba cerrado y lo más directo que había en la puerta del local, en la calle, un chico tocando la guitarra y pidiendo dinero. Yo no le di dinero pero le pagué con mi voz haciéndole los coros cuando se puso a cantar una canción muy conocida en inglés de la que no recuerdo el nombre, espero que el pobre no tuviese pesadillas por la noche.

La amiga de Vicente se tuvo que ir pronto y nosotros 3 nos fuimos a un pub de gays con música comercial, me lo pasé muy bien ¡por fin un poco de música normal e hice un poco el baile de “All the singles ladies” de Beyoncé. Me reí mucho y además bailé súper a gusto porque sabes que ningún borracho baboso se te va a acercar a marear :D

Me despedí de Jose con mucha pena pero el tiempo había acabado, de nuevo con el coche de San Fernando a casa y a descansar que mis pies ya me estaban pidiendo un poco de tregua.


6º día

El jueves día 11 salimos del albergue a las 11, nos robaron a mano armada al cobrarnos 2$ por 2 plátanos en una tienda de conveniencia y nos dirigimos hacia el aeropuerto. Esta vez pasé de armarla con la ropa, simplemente rezar para que no nos dijeran nada y así fue, incluso Vicente pasó con una chuchilla de afeitar en la maleta anda que… vaya caca de seguridad.


El avión súper pequeño, con 2 filas y 2 asientos por fila. Se hizo muy corto el vuelo porque sólo eran 300 km. No ha sido un adiós a Sydney sino un hasta luego. Próxima parada Canberra.


“La vida sólo se puede entender mirando hacia atrás pero sólo se puede vivir mirando hacia adelante”

lunes, 8 de marzo de 2010

Primeros días en Sydney


Llegamos a Sydney y todo el cielo despejado y una temperatura buenísima, para ir en tirantes.
Fuimos directamente a buscar el albergue. En la puerta habían 2 personas jugando a la Play al fútbol y uno de ellos tenía puesto el Athlético de Bilbao, así que un español más. Al principio pensé ¿hola? ¿dónde me he metido? Con grafitis de personajes de las series los Simpsons, Futurama y Padre de familia en la puertas. Pero bueno, al final está bien, tenemos internet, desayuno gratis y una cocina muy grande para cocinarnos lo que nos apeteza. No tenemos baño en la habitación pero es la puerta de al lado pero ¡hace muchísmo calor! Tenemos un ventilador al menos pero aún así…


Dejamos las cosas y fuimos a encontrarnos con Jose, un amigo de la carrera que ya andaba de run run hacía tiempo con la idea de irse de España y al decirle yo que me iba a Australia no se lo pensó 2 veces y aquí está, en Sydney.


Anduvimos bastante pensando dónde cenar y al final cogimos unas pizzas del Pizza Hut y nos las comimos justo debajo de la Ópera de Sydney, muy grande, de pizzas ahí mismo. Era como un poco increíble, porque además estaba con 2 personas con las que suelo estar en Valencia, costaba creer estar allí debajo cuando la has visto 9377 veces por televisión. Es muy bonita aunque donde esté Calatrava…jeje.


Dimos una vuelta y fuimos a coger el metro que acababa a la 1.30 y ya no había así que tuvimos que ir a coger un autobús a tomar por culo y ¡oh! cuán fue mi sorpresa que ¡nos encontramos a unos españoles en la parada del bus! Nos acercó un poco el autobús al albergue pero aún así tuvimos que andar un poco pero bueno, por fin estábamos en casa.

2º día
Esta mañana hemos holgazaneado un poco, me he levantado a desayunar a las 8.30 y vaya caca de desayuno: cereales, huevos hervidos y pan con mermelada, ale apáñate, ni zumo ni un poco de Nesquick (o vale, tb acepto ColaCao) así que ale, a ingerir eso y a la cama de nuevo jaja.


Hemos quedado con Jose de nuevo en la Ópera y hemos estado haciendo fotos de día y en el jardín botánico haciendo un poco el tonto. Allí hay animales variopintos, pájaros súper graciosos y telarañas enormes (algunas con sus respectivas arañas) por todas partes. He de decir que aquí los murciélagos son muy muy grandes y mola mucho verlos dormir en los árboles parecen los frutos del mismo. Luego nos comimos un helado que me supo a gloriay ya cogimos el metro para casa. Paramos en una tienda de conveniencia, compramos un poco de pasta para cenar, cenamos, me conecté un rato y a la camita.

3er día
Esta mañana en el desayuno se habían acabado los huevos y la mermelada escaseaba. Hemos quedado con Jose y hemos estado buscando un Benetton (Aclaración: en Benetton venden camisetas básicas que pone la marca y luego el nombre de la ciudad en que esté, tengo una de Roma y otra de Londres. Como es típico comprarse una camiseta del sitio donde estás ¿qué mejor que comprarla de marca? Jajaj que nooooo, no penséis mal pero es que me gustan mucho esas camisetas)Pues al final nada, después de andar para arriba y para abajo no lo encontramos.
Cogimos el metro, fuimos a un mercado al aire libre y comimos un pollo muy rico, por fin algo que no eran hamburguesas o pasta o comida china.


Por fin encontramos otro Benneton pero tampoco hubo suerte, no tenían la camiseta que pusiera eso así que cogimos un bus y fuimos a Bondi beach.


¡Madre del señor, cuanto surfista! Era una playa de forma ovalada muy bonita con una amplia extensión de arena y arriba una gran superficie de cesped así que había donde elegir por si quieres el mar pero no soportar la arena. Nos hemos estado haciendo fotillos, han pasado un par de chicos por la orilla con tablas de surf, me han dejado una y ¡¡es la foto de arriba!!


Después hemos ido a un supermercado a comprar, como aún era pronto, he salido a pasear y me he encontrado un parque muy bonito con unas vistas preciosas de la ciudad, así que aquí he sacado el portátil sentada en el suelo en plan bohemia y, tras alguna interrupción por mordiscos de hormigas rojas o por acercamiento inesperado de perro con sus babas sobre una esquina de mi portátil, aquí estoy sana y salva poniéndoos al día.


PD: Cuando he ido a salir del parque lo habían cerrado, estaba todo vallado, me he encontrado con varias personas q tampoco podían salir y cuando estaba apunto de hacer el koala ha venido una chica y nos ha abierto una puerta giratoria que sólo se habría desde fuera...jajajaja.

3 días en Brisbane


El jueves día 4 de Marzo por fin llegamos a Brisbane, parecía algo que no iba a llegar nunca pero por fin estábamos allí después de tanto tiempo.


Vino el amigo de Vicente a por nosotros y nos llevó a su casa que es una pasada, está súper rodeada de todo tipo de árboles, vegetación…es como estar en una casa en medio de la selva con 2 alturas, con terraza con muebles de madera artesanales, con pavos salvajes (turkeys), possum, de todo, impresionante. Allí nos aseamos y descansamos un poco, después fuimos a por sus hijos al colegio (tiene 4 hijos), después a casa de palique con ellos y antes de cenar nos llevaron a ver unas vistas de Brisbane, es muy curioso porque está construida a lo ancho al tener Australia tanto terreno por lo tanto, a diferencia de España, lo que es el centro está lleno de rascacielos pero luego el resto son casitas bajas, lo que hace las vistas nocturnas preciosas con tantas lucecitas.


Al volver a casa cenamos por fin comida casera muy rica preparada por su mujer. Esa noche pillé la cama que vamos…casi no llego.

2º día
Al día siguiente, el viernes, me levanté acribillada por los mosquitos, y eso que dormí con manga larga y pantalón largo pero se ve que somos la novedad y teniendo nuestra sangre, aunque igualmente roja, no había color jeje.Por la mañana estuvimos intentando ir al centro de Brisbane ya que ellos viven alejados un poco. Y digo intentamos porque la armamos, primero nos perdimos porque fuimos al lado contrario, después de andar un rato vimos a un hombre lavando el coche y le preguntamos, maaadre mía qué acento, ¡a ese no se le entiende ni sabiendo inglés! Después de sudar como cerdos decidimos volver a casa, ducharnos, ponernos más cómodos y continuar con nuestro empeño en ver la ciudad.


Tiramos hacia el otro lado, ante la inseguridad preguntamos a una viejecita y bueno, a esta ya le entendimos un poco más así que llegamos a lo que creíamos que era la parada. Después de esperar un rato y de ver pasar 2 autobuses un poco más lejos nos dimos cuenta de que eran esos que habíamos perdido los que teníamos que coger ¡¡qué bien oye!! Así que fuimos hacia allá y hmmmm se pone a llover y también un poquito de aire, ¡perfecto, welcome al constipado! Por fin cogimos el bus y ante la imposibilidad de ir a la ciudad para abrirnos una cuenta en el banco (que era la finalidad principal) paramos en un centro comercial por salir un rato y comimos.Para volver a casa me rallé de parada y en vez de la 74 era la 72 así que ale, a volver atrás y de nuevo lloviendo.


Al llegar a casa nos secamos y poco, charramos un poco con ellos y fuimos con el padre y 2 de sus hijos a clases de español (CURIOSIDAD: el gobierno de Australia ofrece clases gratis de español a los residentes hijos de españoles y cuando tengan ese título pueden estudiar la universidad en España sin requerirles ningún tipo de convalidación de estudios; igualito que el gobierno de España ehhh. ¡Ah! Y además también el gobierno, en señal de disculpa para los aborígenes de Australia, les da una asignación mensual de unos 1500€, tienen toda la educación gratis, el transporte y muchas cosas más desde que nacen hasta que mueren hasta el aborigen de 4ª generación así que puedes ya ni sentirte aborigen pero si tus antepasados lo fueron ale, pa´ la saca).


Mientras los niños van a clase los padres se reúnen en otra aula y allí estuvimos hablando nosotros tanto en español como en inglés indagando sobre costumbres, palabras, expresiones, posibilidad de trabajo...en fin, haciendo contactos que para algo estudio marketing. Además he de decir que estuve hablando con unas madres que tenían una televisión por cable y veían en el show de José Mota “El tío de la vara” te ves de repente en Australia, a la otra parte del mundo hablando en español y en concreto del tío de la vara, eso no tiene precio, para todo lo demás Mastercad.


Después volvimos a casa y degustamos una exquisita tortilla de patatas, de nuevo más palique y a dormir.


3er día

El sábado 6 sólo me levanté con 2 picadas nuevas, pero claro, el picor de las anteriores continuaba (me fundí medio stick de Azarón pero aún así).


Estuvimos rehaciendo la maleta y metiendo las cosas necesarias para 20 días en 4,3 kilos ya que las compañías con las que volamos son de bajo coste y para que nos saliera bien de precio cogimos sólo equipaje de mano pero en 2 de las 3 compañías el equipaje de mano es de 7 kilos en vez de 10 y mi maleta vacía ya pesa 2,7 kg. Así que he descubierto que hago magia aunque me he pasado en 2 kilos pero es que es muy fuerte porque además como vamos hacia el sur la temperatura va disminuyendo y podemos estar a 30 cuando lleguemos a Sydney y a 15 cuando lleguemos a Tasmania por lo tanto ¡¡ropa de todo tipo!!


Fuimos de excursión con la mujer del amigo de Vicente y sus 4 hijos a la playa artificial de Brisbane, es súper gracioso, un parque muy grande y en medio varias piscinas con socorrista incluído. (CURIOSIDAD: aquí la gente va descalza y no sólo en ese parque que, habiendo piscinas, se puede entender… ¡por todas partes!). Comimos fish and chips y al aeropuerto hacia Sydney. En el aeropuerto me vestí con 4 capas (tirantes, manga corta, jersey de cuello alto y chaqueta) para aligerar peso aparte del secador y unos cables en el bolso, aún así ¡me pesaba 7,5! ¿qué sucederá? ¿pasarán de mí por medio kilo, la tendré que facturar y gastarme la pasta, no me dejarán pasar y tendré que tirar algo a la basura…? Al final nada, no hicieron ni caso de las maletas de mano así que al llegar al asiento me quité la cebolla y volví a ser una persona normal. Me tocó ventanilla por lo que, ¡por fin!, pude ver las excelentes vistas y las preciosas nubes (en facebook hay documentos gráficos corroborando esto).


Estos han sido los días en Brisbane, nos os durmáis leyendo que ahora en breve colgaré los días de Sydney. Un beso muy fuerte para cada uno y gracias de nuevo por seguir mis hazañas australianas.


La cita de hoy es “Cada persona es un mundo…¡haz turismo!”

3 días en Brisbane

El jueves día 4 de Marzo por fin llegamos a Brisbane, parecía algo que no iba a llegar nunca pero por fin estábamos allí después de tanto tiempo.


Vino el amigo de Vicente a por nosotros y nos llevó a su casa que es una pasada, está súper rodeada de todo tipo de árboles, vegetación…es como estar en una casa en medio de la selva con 2 alturas, con terraza con muebles de madera artesanales, con pavos salvajes (turkeys), possum, de todo, impresionante. Allí nos aseamos y descansamos un poco, después fuimos a por sus hijos al colegio (tiene 4 hijos), después a casa de palique con ellos y antes de cenar nos llevaron a ver unas vistas de Brisbane, es muy curioso porque está construida a lo ancho al tener Australia tanto terreno por lo tanto, a diferencia de España, lo que es el centro está lleno de rascacielos pero luego el resto son casitas bajas, lo que hace las vistas nocturnas preciosas con tantas lucecitas.


Al volver a casa cenamos por fin comida casera muy rica preparada por su mujer. Esa noche pillé la cama que vamos…casi no llego.



2º día

Al día siguiente, el viernes, me levanté acribillada por los mosquitos, y eso que dormí con manga larga y pantalón largo pero se ve que somos la novedad y teniendo nuestra sangre, aunque igualmente roja, no había color jeje.
Por la mañana estuvimos intentando ir al centro de Brisbane ya que ellos viven alejados un poco. Y digo intentamos porque la armamos, primero nos perdimos porque fuimos al lado contrario, después de andar un rato vimos a un hombre lavando el coche y le preguntamos, maaadre mía qué acento, ¡a ese no se le entiende ni sabiendo inglés! Después de sudar como cerdos decidimos volver a casa, ducharnos, ponernos más cómodos y continuar con nuestro empeño en ver la ciudad.


Tiramos hacia el otro lado, ante la inseguridad preguntamos a una viejecita y bueno, a esta ya le entendimos un poco más así que llegamos a lo que creíamos que era la parada. Después de esperar un rato y de ver pasar 2 autobuses un poco más lejos nos dimos cuenta de que eran esos que habíamos perdido los que teníamos que coger ¡¡qué bien oye!! Así que fuimos hacia allá y hmmmm se pone a llover y también un poquito de aire, ¡perfecto, welcome al constipado! Por fin cogimos el bus y ante la imposibilidad de ir a la ciudad para abrirnos una cuenta en el banco (que era la finalidad principal) paramos en un centro comercial por salir un rato y comimos.
Para volver a casa me rallé de parada y en vez de la 74 era la 72 así que ale, a volver atrás y de nuevo lloviendo.


Al llegar a casa nos secamos y poco, charramos un poco con ellos y fuimos con el padre y 2 de sus hijos a clases de español (CURIOSIDAD: el gobierno de Australia ofrece clases gratis de español a los residentes hijos de españoles y cuando tengan ese título pueden estudiar la universidad en España sin requerirles ningún tipo de convalidación de estudios; igualito que el gobierno de España ehhh. ¡Ah! Y además también el gobierno, en señal de disculpa para los aborígenes de Australia, les da una asignación mensual de unos 1500€, tienen toda la educación gratis, el transporte y muchas cosas más desde que nacen hasta que mueren hasta el aborigen de 4ª generación así que puedes ya ni sentirte aborigen pero si tus antepasados lo fueron ale, pa´ la saca).


Mientras los niños van a clase los padres se reúnen en otra aula y allí estuvimos hablando nosotros tanto en español como en inglés indagando sobre costumbres, palabras, expresiones, posibilidad de trabajo...en fin, haciendo contactos que para algo estudio marketing. Además he de decir que estuve hablando con unas madres que tenían una televisión por cable y veían en el show de José Mota “El tío de la vara” te ves de repente en Australia, a la otra parte del mundo hablando en español y en concreto del tío de la vara, eso no tiene precio, para todo lo demás Mastercad.


Después volvimos a casa y degustamos una exquisita tortilla de patatas, de nuevo más palique y a dormir.


3er día
El sábado 6 sólo me levanté con 2 picadas nuevas, pero claro, el picor de las anteriores continuaba (me fundí medio stick de Azarón pero aún así).


Estuvimos rehaciendo la maleta y metiendo las cosas necesarias para 20 días en 4,3 kilos ya que las compañías con las que volamos son de bajo coste y para que nos saliera bien de precio cogimos sólo equipaje de mano pero en 2 de las 3 compañías el equipaje de mano es de 7 kilos en vez de 10 y mi maleta vacía ya pesa 2,7 kg. Así que he descubierto que hago magia aunque me he pasado en 2 kilos pero es que es muy fuerte porque además como vamos hacia el sur la temperatura va disminuyendo y podemos estar a 30 cuando lleguemos a Sydney y a 15 cuando lleguemos a Tasmania por lo tanto ¡¡ropa de todo tipo!!


Fuimos de excursión con la mujer del amigo de Vicente y sus 4 hijos a la playa artificial de Brisbane, es súper gracioso, un parque muy grande y en medio varias piscinas con socorrista incluído. (CURIOSIDAD: aquí la gente va descalza y no sólo en ese parque que, habiendo piscinas, se puede entender… ¡por todas partes!). Comimos fish and chips y al aeropuerto hacia Sydney.
En el aeropuerto me vestí con 4 capas (tirantes, manga corta, jersey de cuello alto y chaqueta) para aligerar peso aparte del secador y unos cables en el bolso, aún así ¡me pesaba 7,5! ¿qué sucederá? ¿pasarán de mí por medio kilo, la tendré que facturar y gastarme la pasta, no me dejarán pasar y tendré que tirar algo a la basura…? Al final nada, no hicieron ni caso de las maletas de mano así que al llegar al asiento me quité la cebolla y volví a ser una persona normal. Me tocó ventanilla por lo que, ¡por fin!, pude ver las excelentes vistas y las preciosas nubes (en facebook hay documentos gráficos corroborando esto).


Estos han sido los días en Brisbane, nos os durmáis leyendo que ahora en breve colgaré los días de Sydney. Un beso muy fuerte para cada uno y gracias de nuevo por seguir mis hazañas australianas.


La cita de hoy es “Cada persona es un mundo…¡haz turismo!”

sábado, 6 de marzo de 2010

Hong Kong, the last chapter


El miércoles fue el último día en Hong Kong y de nuevo con la niebla aunque el sol hizo amagos de salir y calentó más de lo normal… eso sumado a la contaminación daba lugar a una sensación térmica bastante agobiante.

Debido a la niebla decidimos, muy a nuestro pesar, que no merecía la pena ni ir a ver las vistas ni hacer una nueva visita al Budha porque sería encontrarnos con lo mismo, así que optamos por las otras opciones de Hong Kong, fuimos a ver un jardín y un templo en medio de la ciudad. Había mucha gente haciendo ofrendas con incienso, lo vendían por todas partes cerca del templo, era bastante curioso y te colocabas con tantos olores.
Fuimos al hotel a recoger las maletas, comprobamos que todo estaba correctamente y rumbo al aeropuerto. Cuando llegamos allí de nuevo la aventura de cuadrar los pesos de las maletas y ya a embarcar. El avión no fue tan grande como el anterior pero también estuvo bien con cena y desayuno.Lo que pasa es que en la cena que nos dieron de tomar té y ¡la risa! Estaba somnolienta cuando subí al avión pero luego los ojos como platos, todo oscuro, la gente durmiendo incluso roncando y yo despierta, hacía siglos que no me encontraba tan despierta hmmm ¡qué bien!
De momento me despido de Hong Kong con un recuerdo bastante oscuro pero una ciudad llena de curiosidades, de chinos, evidentemente, pero una experiencia muy buena ¡nos vemos en el siguiente capítulo que colgaré en breve! Besitos

miércoles, 3 de marzo de 2010

Hong Kong Chapter 3



El día de hoy amaneció un poco gris pero como todos los días han sido así ya no tengo claro si es de la polución, que está nublado o qué.


Dormimos un poco más de lo normal así que empezamos a hacer camino hacia el Budha gigante. En la parada de metro de destino había otro centro comercial (para variar) y comimos súper bien y muy barato ¡¡he aprendido a comer con palillos!! (como bien demuestra la foto principal).


Después continuamos hacia la visita que más ganas tenía de hacer pero bueno, se ve que la moneda de la suerte no hizo honor a su nombre y cuando llegamos había una niebla increíble, más todavía que ayer y apenas se veía todo lo grande que es, así que nos quedamos esperando alrededor de una hora a que con el ventarrón que hacía nos dejara ver algo de aquel magnánimo Budha, al final logramos hacernos un par de fotos decentes aunque ni de lejos hemos podido verlo bien. Nos fuimos pensando volver mañana, al igual que al Peak pero ya veremos porque tiene pinta de hacer un tiempo similar.


Nos pasamos toda la tarde allí y luego fuimos al metro y al cc donde habían tiendas outlet y ¡me he comprado una chaqueta de Roxy súper barata! Después de las compras seguimos hasta la parada de metro de nuestro hotel donde paramos a cenar (también había otro cc) y cenamos en el Pizza Hut que aunque en España es un sitio de pizzas y au aquí es también de pasta y bastante elaborado, debajo está una foto del postre. (CURIOSIDAD: Aquí las escaleras mecánicas van súper rápido).


Y poco más, hoy el día light así que he sido breve, mañana será nuestro último día en Hong Kong, a las 23.30 cogeremos el avión durante 8 horas hacia Brisbane y por fin pisaremos Australia.


“Hay un pasado que se fue para siempre pero hay un futuro que todavía es nuestro”

lunes, 1 de marzo de 2010

Hong Kong Chapter 2











Esta mañana he sufrido un poco del famoso jet lag, nos acostamos a la 1 de la mañana pero a las 6 ya estaba con los ojos como platos, así que después de dar 392893 vueltas, contar ovejitas y demás trucos me he levantado a las 6.45 y me he preparado el desayuno ya que ayer compramos cereales, una bolsa entera de azúcar, 50 cucharas de plástico y un brick de leche. ¡por si acaso! Gracias a que esta gente fue inglesa hasta hace nada, han adoptado sus costumbres y hay en la habitación un “chiflo” de esos para calentar el agua enseguida así que he vaciado el agua y oye, en nada estaba caliente la leche jeje. Cuando ha empezado a amanecer he mirado por la ventana y ¡oh! todavía más polución de la que se veía ayer, increíble, ya no sabía si era polución, niebla, niebla formada por la polución, que estaba nublado…


Aquí hay 3 zonas importantes, una es Hong Kong donde están una de las vistas más famosas de aquí, otra es Kowloon famosa por sus mercadillos y la otra es Lantau donde está el Budha gigante. Hoy hemos decidido ir a Hong Kong a ver las vistas. Durante el recorrido en metro / tranvía hemos visto que es una ciudad muy gris, edificios muy antiguos y bastante sucia.

Tras llegar a la estación de metro desde la que, supuestamente, podíamos ir andando, nos ha tocado coger un taxi porque estaba a tomar viento y nos ha costado al cambio unos¡¡ 6€!! Debo decir que es una exageración ya que aquí 10 minutos en taxi nos suele costar 2’55€, en fin que después de dejarnos los cuartos vamos a buscar esas maravillosas vistas y…la risa…había una niebla que no dejaba ver 2 palmos por delante, absolutamente increíble, así que lo intentaremos mañana o pasado a ver si hay más suerte. Para resarcirnos nos compramos un helado y nos cobró a cada uno… ¡¡4€!! (ya os digo que eso aquí es una auténtica pasta) para que luego además estuviese malo jeje.




En una tienda coincidimos con una mexicana que nos dijo que ir a ver el Budha requería bastante tiempo y que también habían unas bonitas vistas por lo tanto que no fuésemos hoy así que…. ¿qué quedaba? los mercados…ayyyy qué pena ehh, con lo poco que apetece irse de compras sobretodo en un país extranjero y regatear jeje. Pero antes fuimos a comer por fin algo chino. Comimos lo típico aunque yo, lo siento mucho pero no tengo paciencia para los palillos y tras algunos intentos la camarera (sin yo decirle nada) vino y me trajo un preciadísimo tenedor. (CURIOSIDAD: nada más entrar la camarera nos sirvió té y en cuanto nos habíamos bebido medio vaso o así venía y lo volvía a rellenar, ¡creo que no he bebido tanto té en mi vida! Iba a pedir agua pero allí nadie bebía nada que no fuese té)




Pero bueno, para seguir en la línea cuando llegamos al mercadillo de rigor vimos abría a las 16.00 y eran las 15.00, la risa de nuevo pero bueno, Vicente comenzó su andadura regateadora con una estatuilla y a mí la tendera me regaló una moneda de la suerte china, así porque sí… a partir de ahí, ¿casualidad o no? nuestra suerte cambió.




Así que nada, gracias a nuestro mega abono cogimos el metro hacia otra parada y allí sí ¡¡por fin!! un mercadillo como toca. Necesitaba comprarme un monedero, un bolso y una chaqueta, al final conseguí el monedero de cuero por 30 $ iniciales a 13 $ (recordatorio: el cambio está a 10 $=1 € )no estuvo mal para ser mi primer regateo aunque luego ya le pillé el truco (para algo estudio marketing jeje), un vestido y otra cosa que me compré me salió mucho más barato, es un vicio esto de regatear, incluso luego asesorando a Vicente en las técnicas del regateo, la experta….jaja, qué risas. Por cierto ¡¡sí que existen los chinos viejos!! Luego colgaré una foto en facebook que lo demuestra.



Después de recorrernos entero en mercadillo (que no era pequeño) como era pronto decidimos ir de nuevo al mercadillo anterior, que abría a las 16.00 y allí terminamos de hacer las compras.
Cuando salimos del mercado ¡¡ohhhhh sorpresa!! Toda Hong Kong iluminada súper chula y por fin fui consciente de que estaba en la otra parte del mundo… Y para sentirme como en casa en la otra parte del mundo ¿qué mejor que cenar en el McDonal´s y por 2€ el menú? Así que cenamos, paseíto hasta el hotel y aquí estoy un día más contando las novedades.





Hoy acabo con una frase que resume perfectamente esta ciudad “La naturaleza es muy sabia, la prueba es que se ha ido de las ciudades”