martes, 31 de agosto de 2010

Última entrada 23 al 29 de Agosto

El lunes nos levantamos en casa de Sam, fuimos a la ciudad a hacer algunas gestiones y cogimos el tren para Noosa. Dos horas y media y luego un autobús y el minibús del backpacker así que cuando llegamos comimos, dimos una vuelta para inspeccionar la zona y a recuperar fuerzas.

El martes hizo bastante buen día y ,aprovechando que estábamos al lado del parque natural, fuimos a hacer una ruta por el lado de la montaña que da a las playas. Fue muy bonito, el agua muy chula, incluso pudimos ver algunos delfines a lo lejos. La ruta entre unas cosas y otras fueron 10 km. Llegamos agotados a comer, dimos una vuelta por la calle principal (no hay mucho más que ver) y a descansar.

El miércoles hizo bastante mal tiempo, fuimos a dar una vuelta por otra parte de la ciudad pero después de comer empezó a llover con ganas así que encerraditos en el backpacker.

El jueves ya era día de volverse a Brisbane y eso hicimos, pero esta vez sólo en un autobús que era directo y más rápido que el tren. Cuando llegamos al centro fuimos a hacer las últimas compras y Soraya vino a recogernos para ir a su casa con Tim. Luego asistimos a un partido de rugby de contacto. Estuvo entretenido y fue diferente. Al acabar fuimos a cenar a un restaurante indio, nunca lo habíamos probado y no estuvo mal pero excesivamente caro para la escasa ración de comida que nos sirvieron. Después de cenar volvimos a su casa y estuvimos hablando y jugando a la Wii.

El viernes amaneció un día muy bueno así que Vicente, Soraya y yo nos fuimos a disfrutar los últimos rayitos de Australia a un parque para hacer una barbacoa. Estuvimos muy tranquilos y aunque aquí he visto muchos parques sigo alucinando con las dimensiones de los mismos y la naturaleza tan variada que te encuentras. Después de comer fuimos a casa de Salva y pasamos la tarde y noche con ellos.

El sábado era nuestro último día en Australia, madrugamos para ultimar los pesos de las maletas y fuimos a una especie de feria donde los niños lo pasaron estupendamente. Cenamos con ellos en casa y Salva nos acercó al aeropuerto.

Así se cerraba el círculo. Pasar por su casa fue lo primero que hicimos cuando llegamos y lo último que hicimos cuando nos fuimos.

Ya en el avión antes del despegue miré por última vez Brisbane y se me escaparon algunas lágrimas. Es un lugar increíble, donde hay una calidad de vida que ni siquiera pude imaginar, un clima extraordinario para quien no le guste el frío, en fin, una pasada. Tocaba volver a la realidad de España, cerrar el paréntesis en mi vida que había abierto 6 meses antes y era necesario hacerlo con fuerza así que me enjugué las lágrimas, sonreí mirando por la ventanilla y susurré simplemente: “gracias”.

A pesar de la larga duración del vuelo se pasó muy rápido, vi 2 películas, eché alguna cabezadita… lo típico. Llegamos a Hong Kong a la hora prevista, descubrimos que había Wi-fi gratis así que nos conectamos un rato puesto que teníamos 4 horas y pico de espera en el aeropuerto. Dos horas antes de la salida fuimos al mostrador para que nos imprimieran los billetes a París y nos dice la chica: “Please, wait a minute, the flight is full” ¿¿¿¿Qué el vuelo está lleno???? Y no nos dice nada más, que esperemos y mientras va atendiendo a otras personas que iban en nuestro vuelo. Se me pasó de todo por la cabeza, desde que había overbooking, que tendríamos que pasar la noche en el aeropuerto de nuevo, qué ocurriría con las maletas…

Transcurrieron 10 minutos interminables y por fin la chica nos dio una explicación. El check-in se había abierto online 30 horas antes de la salida del vuelo por lo que los pasajeros habían elegido sus asientos con anterioridad. Nos dijo que habíamos hecho el check-in demasiado tarde. ¿¿Perdona?? ¿2 horas de antelación no es bastante? Nuestra querida agencia de viajes El Corte Inglés no había tenido bastante con no avisarnos de un cambio en el horario del vuelo de vuelta (menos mal que nos dimos cuenta al revisar unos papeles y comprobarlo con la web de Air France), ni de no ponernos seguro de viaje de vuelta sino que ahora había que hacer el check-in online y no nos dice ni mú. Así que tuvimos que sentarnos cada uno en un sitio. 12 horas y cuarto de avión solita por la incompetencia de la agencia hmmm q ilusión.

Ese vuelo se me hizo eterno. Las pelis no eran tan buenas y además las pocas que había en español estaban en latino. Estuve viendo algo en inglés, jugando, intentando dormir… La comida del avión fue una mierda y para rematar en la primera podías elegir entre un plato picante y otro no, evidentemente elegí el segundo y me dice la azafata: “sólo queda el picante” le contesto que no puedo comer eso y en vez de ofrecerme otra alternativa como unos sándwiches que daban unas horas más tarde me dice: “pues si quieres te lo quito” ¡y se queda tan ancha! en fin…
Por fin pisamos territorio europeo, llegamos a París unos minutos antes de la hora estimada. No nos dio mucho tiempo de hacer cosas porque teníamos 2 horas y debíamos cambiar de terminal. Gracias a dios no hubo problemas de ningún tipo y a pesar de que despegamos 5 minutos más tarde todo fue bien.

Ahora estoy aquí en el avión dirección Valencia escribiendo con las nubes bajo mis pies, es increíble pero por muchos aviones que coja nunca me cansaré de ver este precioso mar de nubes.

Mi aventura australiana ha finalizado y con ello mi blog. Realmente creo que no me daré cuenta de la trascendencia que ha tenido este viaje en mi vida hasta que no pase algún tiempo. De momento he averiguado algunas cosas de mí misma, como que no soy mala cocinera, que me encanta dar clases de español porque me siento súper llena cuando alguien gracias a mí se puede comunicar en otro idioma, que perfectamente puedo vivir fuera de Valencia (cosa impensable para mí hace sólo unos pocos meses), que me gusta el inglés, que puedes hacer grandes amigos hasta en un mercado comprando berenjenas y me he reafirmado en que soy una crack con mis finanzas puesto que he conseguido volver con algo de dinero jeje.

Muchas gracias a todos por leerme semana a semana o pegaros una “panzada” a leer porque no habéis tenido tiempo en semanas, pero habéis estado ahí. Vuestros comentarios me han ayudado a seguir incluso cuando no me apetecía ponerme a escribir y los más de 17000 km se han convertido en tan sólo centímetros cada vez que los leía. Ha sido un placer poder contaros esta experiencia a mi manera. Espero que os haya gustado ya que yo he disfrutado mucho haciéndolo.
A partir de ahora retomaré la carrera con los 2 años que me quedan y buscaré trabajo para ahorrar para un futuro, en Valencia, Brisbane o donde sea. Cuando publique ya estaré en casita y como del jet lag no me estoy ni enterando supongo que el lunes ya seré persona así que ya podéis contactar conmigo.

Por último y para no perder la costumbre, cierro con una de estas frases que sirven para poner la guinda a cada entrada.

"La vida se revela no solamente en la capacidad de persisitir sino en la de volver a empezar."

lunes, 23 de agosto de 2010

Brisbane 16 al 22 de Agosto


El lunes di mi última clase de español y al finalizarla nos fuimos mi alumno Sam, su novia y nosotros a tomarnos algo. Me dijo Sam que había aprendido mucho y ahora ya nos entendía algo cuando hablábamos español ¡estupendo! Fue muy gratificante oír eso.

El martes llegó el principio del fin, teníamos que dejar el piso, debíamos abandonar nuestro apartamento-estudio que, aunque pequeño, se había convertido no sólo en nuestra casa durante estos últimos meses sino en nuestro hogar. Cuando recogimos todo fue bastante triste echar un último vistazo al piso vacío, sin rastro alguno de que hubiésemos pasado por allí. Cuando finalmente cerré la puerta tras de mí, sentí que cerraba también otra etapa de Australia.
Tuvimos que bajar 10 pisos haciendo 2 viajes arriba y abajo para bajar las maletas ya que el ascensor no funcionaba pero bueno forma parte de la aventura, ¿no? Fuimos hasta casa de Salva y pasamos la tarde con él y con su familia.

El miércoles de nuevo a coger un avión. Esta vez no tuvimos ningún problema con las maletas, incluso pesaban lo que correspondía. El vuelo llegó sin ningún incidente a Whithsundays Airport pero nos quedamos de piedra cuando salimos. Había un tipet muy amable vendiéndonos los billetes de autobús para llegar a Airlie Beach que resultó ser también el conductor, eso ya se parecía a Ryanair que el mismo que te hace el check-in es el que te vende las bebidas en el avión o el que se queda a limpiar. Creo que es el aeropuerto más pequeño que he visto nunca, y digo creo porque el cutre de Melbourne está ahí ahí. Lo más grande fue que salimos y pone una indicación para recoger las maletas. Nosotros esperábamos una cinta trasportadora como en todos los aeropuertos pero aquí no ¿para qué van a poner eso si nunca llega más de un avión a la vez? Pues el mismo carro que usan para bajar las maletas del avión las acercan a esa área y tú mismo coges el equipaje del carrito. Tardamos alrededor de una hora en llegar al alojamiento con el bus y durante el trayecto el conductor con un micrófono nos iba contando curiosidades de la zona. Cuando llegamos al backpacker era muy chulo, bonito y cómodo, parecía un hotelito.
Salimos a cenar por la zona cuando de repente me oigo. “¿Alba?” era la chica a la que conocimos en el Granada que me llevó al Miro´s para que dejara el currículum; estaba allí con su novio ¡el mundo es un pañuelo! Ellos ya habían cenado pero se quedaron con nosotros hablando mientras nosotros cenábamos y luego un rato largo más hablando. Fue una sorpresa muy grata y agradable.

El jueves madrugamos mucho para ver si podíamos hacer alguna excursión y como amaneció más o menos despejado decidimos no arriesgarnos porque el pronóstico para esos días era malo y contratarla para ese mismo día. La organización no tuvo nada que ver con Moreton, fue muy buena. El precio fue menor, tenías que pagar $7 por el traje de neopreno pero enseñamos nuestro carnet de estudiante (ya caducado aunque coló) y nos salió gratis.
Primeramente he de decir que el conjunto de las islas Withsundays pertenecen a la zona donde está la increíble barrera de coral australiana. La primera parada fue hacer snorkel en la parte norte de Hook Island. Nos dejaron en una pequeñita playa para prepararnos y nos indicaron las mejores zonas. Me costó como siempre meterme pero lo que vi merece la pena todo el frío del mundo. No hay palabras para describirlo, corales, corales y más corales de múltiples formas, texturas y colores. Era extraordinario, parecían alfombras, esponjas, piedras… y por supuesto entre aquella belleza se encontraban peces multicolores, desde el gris más serio hasta algunos con unos colores tan vivos que parecían fosforescentes. Además pasaban increíblemente cerca de ti, intenté tocar alguno pero eran más rápidos que yo. Eran muy graciosos, algunos parecía incluso que te hablaban porque les veías que te miraban y abrían y cerraban la boca. En concreto vi a uno que medía lo mismo que yo, vale, tampoco soy muy grande pero ver un pez de metro y medio impresiona y más cuando te mira de reojo y tiene cara de mala ostia mosquea un poco.
Nos subimos al barco aún con los trajes de neopreno, fuimos con el barco a otra zona y desde ahí nos tiramos al agua directamente. Los corales eran también preciosos pero lo más impresionante era la inmensa cantidad de peces que nos rodeaban, te hacían sentir como uno más, ni siquiera se asustaban, tú ibas a tu marcha y ellos a la suya.
Luego nos llevaron a una playa que está en el top 5 de las mejores playas del mundo. La única pena es que el día estaba nublado por lo que no se distinguía muy bien la belleza de aquel paraje en las fotos que hice. Tras visitar el mirador regresamos al barco para comer y había un montón de comida para elegir, incluso fruta, nada que ver con el Subway que nos dieron en Moreton. Comimos sentaditos en la playita, nos dejaron media hora para que hiciésemos fotos y de vuelta a casa.

El viernes salimos a dar una vuelta para hacer algunas fotillos por la zona y fuimos al supermercado. Allí estábamos Vicente y yo fijándonos en que panceta aquí es pancetta cuando una voz masculina nos dice: “sí, en español es con una sola t” Era un chico de Madrid al que habían echado del trabajo, estuvo 3 meses buscando trabajo y pensó: “para gastarme el dinero aquí sin hacer nada me voy a Australia” y está recorriéndose el país, una pasada. Estábamos hablando que era los segundos españoles que veía en 3 meses y de repente aparece una pareja y nos pregunta: “¿sois españoles?” Eran de Córdoba y Málaga. Así que empezamos a hablar esta vez los 5 ahí en el pasillo del supermercado emocionados por encontrar gente española. Ellos nos dijeron que por la mañana acababan de conocer a una chica brasileña en el gimnasio que no tenía demasiados amigos y que habían quedado esa noche con ella así que decidimos quedar todos. Cuando acudimos al sitio donde habíamos quedado apareció la brasileña con un coche súper chulo y nos dijo que nos invitaba a su casa a cenar una barbacoa ¡ojo! Así que allí nos fuimos. Éramos 6 personas que nos conocíamos de hacía unas horas compartiendo experiencias y comida. Fue increíble, noches así no tienen precio.

El sábado quedamos con nuestros nuevos amigos y fuimos a una playa alejada pero muy bonita también con un montón de piedras de coral. A las 4 cogimos el autobús que nos llevó al aeropuerto y de ahí a Brisbane. Habíamos tenido muchas dudas sobre nuestro alojamiento cuando regresáramos para sólo 2 días a Brisbane finalmente mi alumno de español, Sam (el que fuimos a la BBQ de su cumpleaños) y su novia española nos invitaron a su casa. Vinieron a recogernos al aeropuerto, cenamos en su casa y estuvimos hablando largo y tendido hasta la 1:30 de la mañana, un horario muy tarde para un australiano.

El domingo era nuestra BBQ de despedida con los mejores amigos que habíamos hecho en Brisbane. Estuvo muy bien y de nuevo el tiempo acompañó. Fue bastante triste la despedida porque piensas: ahora que realmente conozco a la gente, que he hecho un grupo de amigos me tengo que ir y a saber si los volveré a ver. En fin, supongo que la vida se compone de eso, de encuentros y despedidas. Han sido gente increíble, muy amables, siempre ahí cuando los hemos necesitado y sobretodo “sanota” como decimos en España.

Llegamos a casa y estuvimos gestionando el último viaje, esta vez más cerquita, a Noosa donde estaremos hasta el jueves, volveremos y pasaremos los últimos días en casa de Salva y su familia hasta el sábado por la noche que cogeremos ya el primer avión de camino a casa.

“Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas”


jueves, 19 de agosto de 2010

Brisbane 9 al 15 de Agosto

De lunes a miércoles estuvo haciendo mal tiempo, nos llovió los 2 primeros días y el tercero un viento súper fuerte.

El jueves por la noche fuimos con nuestros amigos coreanos a cenar al Miro´s, el restaurante español donde a veces trabajo. Ellos nos habían llevado a probar comida típica de su país por lo que nosotros hicimos lo propio. Pedimos de tapas: chorizo, patatas bravas y un pollo al ajillo. Se quedaron maravillados con todo pero alucinaron con la paella y la sangría. Uno de ellos preguntó refiriéndose sobre la sangría: “¿y si voy a España puedo tomar toda la que quiera?”. Cuando terminamos me despedí del jefe ya que no creía que me llamara para más días. La siguiente parada fue nuestra casa, no solemos llevar a nadie porque es muy pequeñita pero fuimos allí y continuamos con la tradición española bebiendo cerveza, comiendo cacaos, enseñándoles fotos de diferentes ciudades y poniéndoles música española, por supuesto todo les encantó.

El viernes otro día de turismo por la ciudad. Fue fantástico y soleado. Brisbane, al igual que Valencia, es atravesada por un río. En el caso de aquí el río discurre a través de muchos meandros y tiene agua (no como en el antiguo cauce de Valencia)por lo que usan como medio de transporte público un ferry muy rápido. El billete cuesta lo mismo que cualquier trayecto en bus o en tren y ves la ciudad desde otro punto de vista completamente diferente por lo que lo recomiendo encarecidamente a la gente que visite Brisbane.

El sábado quedamos con nuestro amigo Jesús, el chico sevillano al que conocimos hace algunos meses en el mercado. Estuvimos tomándonos algo y luego fuimos a casa de un amigo suyo de Mongolia y su compañero de piso de Singapur donde cenamos y vimos una peli en inglés. Cuando la película acabó estuvimos hablando con el chico de Singapur alrededor de una hora. Le entendía estupendamente a pesar de la velocidad a la que hablaba y en un momento dado me percaté de que ni me dolía la cabeza como cuando al principio de estar escuchando mucho rato inglés ni traducía en mi mente, tan sólo entendía. Sentí que había subido un escaloncito más en mi escala con este idioma, espero no bajar muchos cuando vuelva a España.

El domingo fuimos a los jardines botánicos y a Mt-Cootha, un punto muy alto y alejado de la capital que tiene unas fantásticas vistas de la ciudad. El tiempo fue muy caluroso, en tirantes y el sol incluso quemaba, para quien me dijo que iba a vivir 3 inviernos al irme en marzo y volver en septiembre…

Por la tarde vimos una peli en casa, esta vez en español y tanto Vicente como yo acudimos a la peluquería de Alba Rodríguez, a tan sólo un paso de nuestro salón, ¡quedamos estupendos!

La semana que viene comienzan los cambios. El martes abandonaremos nuestro piso con el ascensor estropeado de nuevo, viviendo en un 10º piso y teniendo que bajar maletas. El miércoles volamos hacia Airlie Beach para visitar algunas de las islas que forman Withsunday Islands y nos quedaremos allí hasta el sábado así que nuevo vuelo y sitio diferente la semana que viene.


"La vida es como un espejo: te sonríe si la miras sonriendo"

lunes, 9 de agosto de 2010

Brisbane 2 al 8 de Agosto

El lunes comenzamos nuestra semana de vacaciones re-descubriendo Brisbane. Recorrimos la ciudad haciendo turismo por sitios que no habíamos visitado y estuvimos haciéndonos fotos, como si acabásemos de llegar.

El martes por la mañana seguimos como turistas y nos apuntamos a un tour gratuito por Brisbane donde visitábamos a pie los sitios más relevantes de Brisbane con guía australiano dando las explicaciones. No nos enteramos de todo pero sí de bastante. Por la tarde fuimos a cobrar al Fish and Chips, nos despedimos de ellos ya que no tenían más trabajo para nosotros debido a la poca afluencia de gente y di otra clase de español.

El miércoles nos pegamos un madrugón y fuimos a la estación de autobuses donde era el punto de encuentro para la excursión que íbamos a hacer. Íbamos a ir a Moreton, una isla a unos 40 km de Brisbane donde haríamos sandboarding (como esquiar con una tabla de snowboard pero sobre la arena) y snorkelling.

Nos esperábamos un autobús pequeñito o algo similar con el que arribar al puerto para coger el ferry pero en su lugar apareció un 4x4 un poco destartalado con un australiano más o menos de nuestra edad al volante y nos recogió a las 9 personas que éramos: 4 ingleses, 1 americano, 1 brasileño, 1 coreana y nosotros 2.

De camino al puerto paró en el arcén de la autovía y dijo: “voy a recoger la comida” (ya que estaba incluida en el precio de la excursión), pensamos que iría a algún catering o al almacén de la empresa pero no, cruzó la autovía y se metió en el Subway (un sitio de comida rápida de bocadillos)¡ y au! Nos quedamos todos locos. Cuando llega con los bocadillos pega un salto a la parte de arriba del coche cual mono de la jungla, los pone dentro de un baúl y ale, continuamos la marcha.

Llegamos al puerto y nos subimos al ferry, ¡vaya lujazo de barquito! Cuando bajamos nos volvimos a subir al 4x4 destartaladito y a ir por la arena ya que en Moreton no hay carreteras ni caminos de tierra, allí es todo playa, arena y un montón de vegetación.

Aquello daba unos botes que flipas, además el chico nos dijo: “yo os avisaré cuando tengáis que poner las manos en el techo porque vendrá un bache grande” pero iba de charreta y siempre nos avisaba después del bote, menos mal que nos lo tomábamos con risas. Finalmente llegamos a la primera parada: “sandboarding”. Hacía un tiempo de escándalo en pleno invierno así que en manga corta. Empezó la gente a tirarse y allá que fui yo, fue divertido a no ser por la arena que se te mete por toooooodas partes pero lo peor sin duda es la subida, ¡mareeeee! En la nieve aún hay remontes pero aquí, ale, a patita. Me tiré un par de veces y luego nos tiramos por parejas. Vicente se tumbó encima de la tabla y yo me senté sobre sus riñones ¡¡fue súper divertido!!
Ya se hacía la hora de comer australiana así que fuimos hacia un lago en mitad de la isla, aquello era increíble. Le daba un aire a la albufera de Valencia pero en mitad de una isla del pacífico. Nuestro colega el guía sacó el arcón de comida con medios bocadillos del Subway para cada uno, un zumo de naranja y unas galletitas, “hmmmmmm, no sé si podré con todo” pensé en aquel momento.

Estuvimos hablando un poco entre todos y se pasó enseguida. Ya tocaba lo que más esperaba, el snorkelling. Atravesamos la isla de nuevo con el jeep y con los consiguientes botecitos. Esta vez mientras íbamos paralelos al mar el coche se quedó atascado en la arena, tuvimos que bajarnos y rezar mientras el tipet acelera que acelera. Finalmente nuestras plegarias fueron escuchadas y continuamos nuestro camino con normalidad hacia unos restos de barcos que se habían hundido durante hacía algunos años atrás lo que había creado un arrecife artificial alrededor de ellos donde se podían ver gran cantidad de distintas especies de peces.

Sacaron los trajes de neopreno que eran de manga corta y de pantalón corto ¿hola? ¡estamos en invierno y el agua está fría! Por supuesto a todo el mundo le quedaba divino excepto a mí que con este cuerpo serranito ¡¡me quedaba grande!! Parecía una rapera con el tiro del pantalón casi por las rodillas jajaja. Y claro, mis piececitos no podían ser menos, las aletas las iba perdiendo así que me las tuve que quitar. Aunque fuera hacía un tiempo realmente bueno dentro del agua hacía un frío que pelaba y a mí que me cuesta la vida meterme a veces en el Mediterráneo lo pasé un poco mal en la entrada porque además como el traje me venía holgado el agua me entraba por todas partes pero finalmente pude ser fuerte y logré alcanzar al resto del grupo con la ayuda de Vicente que me animaba cada poco.

Tras un problema inicial con mis gafas por fin pude disfrutar realmente del paisaje submarino, vi muchos muchos pececitos, incluso uno como el de Nemo que está en la pecera que tiene la voz del doblador de Bruce Willis, blanco y negro a rayas. El guía estaba entado en una tabla de surf dentro del agua con nosotros, se llevó pan bimbo y empezó a darle de comer a los peces para que se acercaran ¿era posible que se acercasen más todavía? Parecía que sí. Era muy gracioso verlo por debajo del agua como en cuanto tiraba comida acudían todos los peces como balas en la misma dirección. Algunas gaviotas vieron la oportunidad de un festín ante tal cantidad de peces y se unieron a nuestra fiesta. Allí estábamos en el océano Pacífico, entre restos de barcos hundidos, tropecientos peces a nuestro alrededor como si formásemos parte de aquel escenario tan único.
Después de más o menos una hora salimos del agua, mi cuerpo aguantó estoicamente pero había un par de chicas que tenían los labios morados y no paraban de tiritar dentro del agua. Al término de aquello nos cambiamos, hicimos las correspondientes fotos y de nuevo al ferry.
Después de alrededor de 8 horas juntos todos los integrantes de la excursión ya nos habíamos hecho amigos y tras estar hablando en la parte de arriba del barco tomando el solecito nos metimos en el interior y estuvimos jugando al UNO, juego que jamás habría supuesto que fuese internacional, pues allí estábamos Vicente y yo, los únicos que pronunciábamos bien el UNO, fue muy gracioso.
El jueves por la noche quedamos con nuestros mejores amigos coreanos que nos llevaron al mejor restaurante coreano de Brisbane. Eligieron por nosotros con tan sólo unas pequeñas pistas de nuestras preferencias y todo estaba exquisito, además la carne te la cocinabas tú mismo. En el centro de la mesa había un hueco donde el camarero te traía un recipiente con unas brasas y una rejilla para cocinar ahí la carne así que tenías al final la carne hecha a la brasa por ti mismo desde la silla sentadito. Nos lo pasamos muy bien, hablamos sin parar con ellos y nos reímos mucho. Noches como esas son las que te dan qué pensar y sobretodo te hacen sentirte orgulloso de poder estar compartiendo experiencias con alguien que no tiene ni idea de español y aprendiendo una barbaridad de su cultura por tan sólo saber inglés. Por ejemplo nos explicaron que uno de ellos cumplió años hace unos días, le preguntamos cuántos y nos contestó que en edad coreana 26 pero que en el resto del mundo 25 y eso es porque en Corea cuando nacen cuentan un año porque ellos entienden que desde que están en el vientre de su madre están vivos, por lo tanto cuando nacen ya han estado viviendo 9 meses que redondean a 1 año, ¡qué cosa más curiosa!

El viernes por la mañana más turismo y por la tarde fui a trabajar al restaurante español donde voy de vez en cuando.

El sábado con un poco de intriga y de incertidumbre fuimos a la barbacoa de uno de mis alumnos de español, el primero al que empecé a dar clase. Nos lo pasamos de categoría, su novia es española lo que nos hizo estar un poco más cómodos pero aún así estuvimos desde las 2 del mediodía que llegamos hasta las 9 de la noche que nos fuimos hablando inglés con la gente ¡y no me dolía la cabeza! Está claro que cometemos errores pero la gente nos entiende y eso ya es todo un logro. Estuvieron comentándonos lo bien que se vive aquí, lo maravilloso que es esto y ya te lo dice tanta gente que te hace dudar pero bueno, hay que ser realistas. Por otra parte su novia me dijo que era muy buena profesora, que realmente había hecho progresos con su novio. Me sentí súper orgullosa de mí misma, fui muy gratificante oír eso y más de alguien que no es él mismo.

El domingo fuimos a casa de Salva donde estuvimos comiendo paellita valenciana con su familia.

Esta semana ha sido un no parar, esto de no tener academia por las mañanas y el clima tan estupendo que han hecho todos estos días han ayudado para disfrutar al máximo cada segundo y no queda otra, tenemos que exprimir cada instante porque el tiempo ahora corre en nuestra contra. Esto ya se va acabando pero bueno, aún os quedan algunas entradas de mi blog y aún aventuras por contar, no lo dudo en absoluto. Varios de vosotros me decís que me leéis pero me gustaría que me dejarais algún comentario en el blog para tener realmente idea de quién me sigue, aunque sea un simple “hola”.

Hoy termino con “La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante” y esto es algo que los australianos siguen a pies juntillas con su famoso “No worries”= Don´t worry = No te preocupes o como decían ya Timón y Pumba hace algunos años: “Hakuna matata”

miércoles, 4 de agosto de 2010

Brisbane 26 Julio al 1 de Agosto

Los días de entresemana transcurrieron cotidianamente, recibiendo clases de inglés, impartiendo clases de español e incluyeron un intento frustrado de ir a clases de Zumba (un nuevo baile latino que está triunfando aquí).

El viernes fue nuestro último día en la academia. La verdad es que me dio penita, primero por los compañeros y segundo porque eso significaba que ya empezaba la cuenta atrás del último mes en Brisbane. Hicimos nuestro último test (saqué un 8´7) y nos estuvimos haciendo fotos con los compañeros y los profesores. Por la tarde fuimos a trabajar al fish and chips, supuestamente era nuestro último día pero hubo muchos clientes por los que el jefe nos dijo que también fuésemos al día siguiente.

El sábado, como todos los que vamos al mercado, hizo un día radiante (27 grados en invierno). Nos dimos el paseíto de rigor, compramos fruta y verdura a precios normales y también como cada vez que vamos al mercado conocimos a una persona española, esta vez una chica del norte.
Por la tarde estuvimos trabajando un rato y por la noche fuimos a casa de una catalana que conocimos a través del encuentro español junto con Soraya y Tim. Estuvimos en su casa charrando sobre Australia, la vida aquí, las oportunidades… Finalmente nos fuimos de fiesta a una zona cercana a nuestra casa y nos echamos unos bailes.

El domingo llegó el día de la primera celebración de despedida, esta vez con nuestros ya ex-compañeros de clase. Para no romper la tradición y como buenos australianos adoptivos que somos hicimos una barbacoa en el maravilloso Roma Street Parkland. Por supuesto, el tiempo acompañó y hasta estuvimos en tirantes ¡viva el invierno en Brisbane!. También vinieron algunos amigos aparte de la gente de la academia. Ya nos conocíamos hacía algún tiempo y eso se notaba en lo a gusto que estábamos todos, el ambiente fue genial. También estuvimos tumbados en el césped tomando el sol, algunos jugando al fútbol, otros en la sombra de palique, otros haciéndose fotos, en fin, que sentí que perfectamente podría quedarme en ese instante, en esa mañana de amigos, sol, naturaleza, deporte, comida… Fue muy gratificante y volviendo hacia casa no se me iba la sonrisa de los labios, no ocurrió nada especial simplemente fue especial.

Ya sólo quedan unas semanas para volver y por una parte apetece por volver a ver a la gente pero sinceramente, me quedaría aquí. Es el mejor país que conozco para vivir. Apenas hay robos o mala gente, por ejemplo los chicos que reparten periódicos gratuitos en la calle dejan su mochila apoyada en la pared mientras trabajan y ¡no se la roban!. En el supermercado hay unas máquinas donde puedes hacer tú de cajero con tu compra, pasar los artículos y pagar y la gente no roba nada. Hay hectáreas y hectáreas de jardines y parques que están perfectamente cuidados, no hay ninguna señal que ponga “NO PISAR EL CESPED”, al contrario, lo raro es no pisarlo porque está por todas partes. Los australianos aman los deportes, desde el surf hasta el rugby pasando por el cricket, el tenis…un sinfín de distintos tipos de actividades. No puedes comprar alcohol en el supermercado, tienes que ir a tiendas especializadas. En las zonas de copas no se puede entrar en los locales después de las 3 aunque cierran a las 5. Si sales ya no puedes entrar para evitar que la gente bebida vaya de pub en pub. En esta misma zona está llena de seguridades y policías que incluso te piden documentación y te hacen una foto por si la armas tenerte controlado, puede parecer excesivo a mis ojos pero así se evitarían muchos altercados. Los australianos me parecen unas personas muy cabales y con actitudes muy lógicas. También es verdad que este es un país muy nuevo, por lo tanto yo creo que ha cogido lo mejor de cada sitio.

Por otra parte Brisbane en concreto tiene un clima increíble, no tiene playa real pero la artificial es una chulada. Hay flora y fauna infinitamente diversa. La gente es muy educada y amable. Lo único malo, el motivo por el que me vuelvo yo, es muy difícil encontrar un trabajo estable si no eres australiano y menos con el visado que tiene España con Australia. Para poder trabajar aquí tenemos que tener un visado de estudiante porque toda Europa excepto Portugal, Grecia y nosotros tiene un visado que se llama “Working Holiday Visa” que les permite estar en el país durante 2 años trabajando o haciendo lo que quieran sin necesidad de pagar un curso de inglés. Así que los españoles no sólo tenemos que pagarnos el curso de inglés sino el visado y la vida aquí con un máximo de 20 horas semanales que es lo que nos permite trabajar la visa de turista. En fin, que hoy por hoy con mis eventuales trabajos de camarera, mis 2 horitas de flyers semanales y las clases de español sólo me alcanzaría para pagarme el piso, ni comida ni curso por lo que resuelvo que volveré a casa y retomaré mi vida por donde la dejé, como si esto sólo hubiera sido un paréntesis, una experiencia muy gratificante pero ha llegado la hora de regresar a España al menos por un tiempo. Así que el 29 de agosto volveré a pisar tierras valencianas.

"Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad"

martes, 27 de julio de 2010

Brisbane 19 al 25 de Julio

El lunes estuvimos buscando información sobre un par de viajecitos que queremos hacer para despedirnos de Australia como toca porque aquí son muy famosas las playas, sobretodo en nuestro estado, y no hemos visto apenas nada. Además a tan sólo unos 1500 km está una de la que dicen es la playa más bonita del mundo. Digo “tan sólo” porque aquí las distancias no son como en España, para los australianos esa distancia es poca. Es un conjunto de 74 islas llamado Withsunday Islands, obviamente no veremos las 74 porque estaremos 4 días pero aprovecharemos al máximo.

El miércoles fui tras mucho tiempo al encuentro de españoles, esta vez con Soraya y Tim. Estuvimos hablando con una chica española que había estado viajando por Australia y se me caía la baba. Ayyyy si fuera rica cuántos viajes podría hacer… Aunque al menos ese día compramos el billete para Withsundays, ya estaba más cerca.

El viernes hicimos nuestro último speaking, esta vez sobre España. Nos llevamos el ordenador y pusimos fotos mientras hablamos de Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, Sevilla y Formentera (los sitios de donde tengo fotos, mayormente). La gente se mostró muy interesada y la profesora nos felicitó. Saqué un 6 sobre 7. Por la tarde a trabajar de nuevo aunque esta vez fue menos duro. Por la noche peli y a descansar.

El domingo fuimos a celebrar el cumpleaños del hijo menor de Salva. Comimos auténtica paella valenciana ¡por fin!. Estaba invitada mucha gente. Con algunos no coincidíamos desde los primeros días en Brisbane. Estuvimos hablando bastante con diferentes personas y nos dijeron que teníamos buen inglés pero en concreto una chica que hacía 3 meses que no veía me dijo que había mejorado mucho. Que recordaba que antes me costaba mantener una conversación ya que pensaba mucho pero que ahora hablaba muy fluido. :D

Así que bueno, parece que la fortuna invertida en el curso de inglés y todo lo demás sí que ha dado sus frutos porque uno mismo no se suele ver la mejora pero si te lo dicen los demás será por algo.

“La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces” así que ya sabéis, paciencia, que todo llega aunque seguramente no cuando lo esperamos.

martes, 20 de julio de 2010

Brisbane 12 al 18 de Julio

La semana empezó madrugando para ir a ver por primera vez en la historia a la selección española jugar la final de un mundial. A las 4:30 de la mañana allí estábamos, en el bar de siempre, donde habíamos visto ganar a la Roja partido tras partido y este no podía ser menos. Fuimos ataviados de rojo y amarillo, ya que no pudimos conseguir una camiseta en condiciones, y con una bandera española.
Fuimos con la chica madrileña, Soraya, y su novio australiano, Tim. Allí estábamos los 4 españoles rodeados de holandeses. Fue un partido para comerse todas las uñas ¡incluso las de los pies! Mare, qué nervios pasamos. Pero finalmente, a 5 minutos de llegar a los temidos penaltis, llegó el gran gol de Iniesta que todo el mundo ha visto una y otra vez. Fue una lástima que no fuera Villa para que se le reconociera más todos los triunfos que ha hecho con la selección porque si no es por él no llegamos ni a octavos pero bueno, lo importante es que ganamos y aunque estábamos en la otra punta del mundo, como buenos españoles que somos fuimos a celebrarlo. Fuimos por la calle con nuestras banderas cantando, nos hicimos fotos con todo el mundo y acabamos celebrándolo un poco más en la puerta del casino con otros españoles que lo habían visto allí. Éramos pocos, unos 25 pero se notaba que estábamos allí.

Después de la fiesta con más moral que el alcoyano, a la academia. Vicente se llevó la bandera a clase y la tuvo puesta en todo momento. Por la tarde yo tuve mi clase de español, esta vez con 2 alumnos juntos por lo que se hizo muy ameno pese al cansancio del madrugón.

El miércoles Vicente estaba trabajando y Soraya había organizado una cena en el Miro´s para gente de la academia, yo estaba invitada así que allá que me fui el miércoles por la tarde/noche. Comimos paella, bravas, pollo al ajillo, tortilla de patata (no tan buena como la mía, claro), calamares y fideua. Estuvo todo muy rico y la cena fue divertida.

El jueves de nuevo tuve clase de español con otro alumno y cuando terminé quedé con Isabel, la chica que contactó conmigo a través de mi blog porque quería venirse a Brisbane. Es curioso como a través de algo tan simple como una página web, que en principio sólo era para que mis allegados supieran de mis andanzas, se puede contactar con una persona en la otra parte del mundo y además que esa persona tenga en cuenta tus vivencias para no cometer los mismos errores (por ejemplo, asegurarse de que en la misma ciudad el aeropuerto de llegada y el de salida del siguiente vuelo son el mismo no como me pasó en Melbourne).

Vicente está yendo más días a trabajar porque hay una chica del trabajo que está de vacaciones por lo que les hace falta más gente y yo voy a ir los viernes y sábados hasta agosto. Este viernes fue el primer día y fue agotador. Había mucha, mucha gente. Mi tarea es llevar los platos a la mesa correspondiente y recoger las mesas entre otras cosas. Tienen un sistema muy bueno que es que la gente va al mostrador, pide lo que quiere (comida y bebida), coge las bebidas, lo paga, coge las copas o vasos que necesiten y un numerito que corresponde con su pedido y van a sentarse, así de sencillo, ni esperar en la mesa a que te atiendan ni nada.

El domingo salió un día de verano. ¡Con tirantes y tenía calor! Estuvimos haciendo otra barbacoa en la playa artificial con motivo del cumpleaños de una amiga de la academia.

Un beso a todos y gracias por seguirme después de tanto tiempo

“Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos mucho más que nuestras habilidades”